Según el artículo 7 bis de la Ley Federal de Protección al Consumidor (LFPC) el proveedor está obligado a exhibir de forma notoria y visible el monto total a pagar por los bienes, productos o servicios que ofrezca al consumidor.
MÉXICO.- Los grandes espacios en anaqueles y hasta las simpáticas edecanes contribuyen a llamar la atención de los consumidores hacia los productos y marcas que se venden en los establecimientos comerciales.
Sin embargo, una vez eliminadas las distracciones y al observar el producto que pretendes adquirir, generalmente buscas el precio, el cual debe coincidir con el que te cobrarán en caja.
Según el artículo 7 bis de la Ley Federal de Protección al Consumidor (LFPC) el proveedor está obligado a exhibir de forma notoria y visible el monto total a pagar por los bienes, productos o servicios que ofrezca al consumidor.
Dicho monto deberá incluir impuestos, comisiones, intereses, seguros y cualquier otro costo, cargo, gasto o erogación adicional que se requiera cubrir con motivo de la adquisición o contratación respectiva, sea al contado o a crédito.
En un mercado de libre competencia las empresas y el consumidor se verán beneficiados, ya que las primeras deberán exhibir el precio en las cenefas, mientras que el segundo debe estar convencido de que ese precio es el que le cobrarán en caja.
El verificador de precios
Cuando no estás seguro del precio del producto que se exhibe entonces quieres corroborarlo rápidamente y de forma confiable.
Una de las tecnologías utilizadas para lograr este objetivo es el verificador de precios. Aunque no es obligatorio que lo tengan los establecimientos comerciales, la mayoría han incorporado esta tecnología como un servicio adicional para los consumidores.
Un verificador de precios lee el código de barras del producto y proporciona el precio a cobrar en caja.
Este sistema es importante, porque aun cuando se colocan etiquetas en los anaqueles con descripción y precio por producto, en ocasiones requieres corroborar el precio de venta de los artículos que deseas adquirir, y en caso de existir diferencias entre el precio exhibido y el que te cobran en caja, puedes reclamar.
Inconsistencia en los precios
Los establecimientos comerciales se han convertido en una opción de compra para muchos consumidores, pues según datos de la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (ANTAD) hasta abril de 2011 existían a escala nacional 3 mil 906 tiendas de autoservicio, mil 576 departamentales y 21 mil 831 especializadas.
En estos establecimientos puedes encontrarte con productos que presentan una inconsistencia de precios, es decir, una diferencia entre el precio exhibido y el que te cobran en caja.
En los departamentos de salchichonería y papelería se da con mayor frecuencia, según información de la Dirección de Investigación de Campo de Profeco.
De acuerdo con un sondeo aplicado durante mayo de 2011 por la Dirección General de Estudios sobre Consumo de Profeco a 172 establecimientos, en los que se recabó información de 12,627 productos, se encontró que 4% de ese total no exhibía el precio.
La Ley te respalda
Cuando te percates que el precio indicado en el anaquel de un determinado producto es diferente del que te cobran en las cajas, exige que te respeten el precio señalado en el verificador.
El artículo 7 de la LFPC establece que “todo proveedor está obligado a informar y respetar los precios, tarifas, garantías, cantidades, calidades, medidas, intereses, cargos, términos, plazos, fechas, modalidades, reservaciones, y demás condiciones conforme a las cuales se hubiera ofrecido, obligado o convenido con el consumidor la entrega del bien o prestación del servicio”.
Fuente: Profeco y Gobierno de México