Compras compulsivas: Tómese 15 minutos de reflexión antes de compras dudosas

La mejor compra es la informada, para lo que hay que darse tiempo de planear tanto el proceso de comparación entre producto, como de definir un plan de financiamiento para ese bien. 

MÉXICO.- ¿En cuántas ocasiones le ha ocurrido que, estando frente al aparador de algún establecimiento, su necesidad por adquirir un producto es tal que no lo piensa y la compra ocurre por un mero impulso? Vio algo, lo eligió sin comparar, sacó la tarjeta y ya no hubo vuelta atrás.

Detrás de esos segundos de los que pasamos de la pasividad a la necesidad, después al deseo y posteriormente a la compra, en la mente del comprador se ve reflejada una serie de hábitos que influyen en que hagamos una adquisición informada y sana, o arriesgada y compulsiva.

La gente no piensa en si va a endeudarse o no; actúa por impulso, en ocasiones para tratar de llenar un vacío como una decepción del trabajo o del nivel de vida que tienen. Las compras en ocasiones se dan para intentar compensar alguna carencia, y el sobreendeudamiento viene cuando se tiene la tarjeta de crédito a la mano , comenta al respecto Joan Lanzagorta, experto en finanzas personales. 

Si cada vez que ve un producto de su agrado pierde el conocimiento y despierta en casa con éste y un recibo de compra, es momento de saber qué es lo que mentalmente converge en este proceso y cómo puede comenzar a remediarlo.

Gastar para pertenecer

La forma en la que compramos está relacionada a patrones de conducta que tienen que ver con distintas facetas de nuestra vida, advierte Martínez Solares, quien pone el ejemplo de la moda.

Muchos dicen que la mercadotecnia empuja a la moda para que la gente gaste; de cierta manera es así, pero en el fondo hay un tema muy presente en la naturaleza humana: el de pertenecer, indica.

El especialista detalla que en la búsqueda de aceptación de algún grupo social las personas recurrimos frecuentemente a una práctica que data de las primeras tribus reconocidas del ser humano y que es la de compartir patrones de conducta, que puede ser la forma de vestir, lo que se come, se escucha y se ve, por lo que la necesidad de pertenencia es un poderoso motivador en las conductas de compra de las personas.

Cuando se gasta por moda, por ejemplo, tiene que ver frecuentemente con que la gente quiere parecerse a aquellos con quienes desea convivir e integrarse; esto ocurre en muchos sectores sociales, informa.

En este sentido, Lanzagorta añade que la necesidad de pertenencia puede llevar a que comprar y endeudarse se convierta en una costumbre, y es cuando los focos rojos se encienden, ya que se convierte en nuestro patrón de pagos a largo plazo.

Es fácil endeudarse con las tarjetas de crédito, ya que pagar los mínimos, por ejemplo, puede volverse un hábito que genere una bola de nieve de deudas; el golpe para el consumidor se da cuando tiene que recortar gastos y cambiar de estilo de vida precipitadamente para ser austero, advierte.

Si a esto se suma que las repercusiones legales por parte de los bancos contra los deudores han aumentado hasta 30% en los últimos años, como informa González Badillo, el endeudamiento como hábito es una situación alarmante que puede comenzar a remediarse con pequeñas acciones en sus hábitos de compra.

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