Datos de la ENIF muestran que más de 80 millones de personas no tienen el hábito del ahorro formal o no cuentan con ahorros suficientes para enfrentar una contingencia.
MÉXICO.- Según de la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF) 2018, señalan que sólo una cuarta parte de la población mexicana (33.9 millones), tiene la posibilidad de afrontar con sus ahorros una urgencia económica equiparable al sueldo que percibe en un mes.
La Comisión Nacional para la Defensa de Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), señala que para comenzar a ahorrar y contar con un fondo para emergencias, lo primero es tener unas finanzas sanas.
Esto implica a su vez, dejar atrás malos hábitos en tu economía. Porque es probable que la clave no esté en los gastos, sino en las malas costumbres que obstaculizan tus metas.
Errores que te impiden ahorrar
No llevas un presupuesto
En caso de que no tengas un presupuesto mensual claro, considera lo siguiente: si no sabes cuánto gastas, entonces, ¿cómo vas a poder ahorrar?
El presupuesto es la principal herramienta para llevar el control de nuestro dinero, no solo ayuda a saber cuánto tenemos cada mes para gastar, también permite conocer si podemos destinar algún porcentaje al ahorro.
Para que tu presupuesto funcione bien, es importante que conozcas todos tus ingresos y tus gastos mensuales (alquiler o hipoteca, alimentos, pago de servicios, colegiaturas, etc.) haz una resta simple entre lo que ganas y lo que gastas; el resultado será tu capacidad de ahorro. Lo recomendable es que posteriormente lo inviertas para hacerlo crecer.
Procura reducir el desequilibrio entre tus ingresos y tus deudas
Cualquier deuda supone un problema, pero si no ganamos lo suficiente como para liquidarla en un plazo de entre tres y seis meses, la situación se complica.
En caso de solicitar un crédito, es importante que antes de hacerlo analices tu situación financiera, toma en cuenta los desembolsos que deberás realizar mes con mes.
Pese a todo, no dejes a un lado el ahorro, recuerda que se trata de un hábito que necesita de constancia y disciplina.
No malgastes cuando te llega un dinero extra
Si después de comprar algo experimentas un sentimiento de culpa, tenemos un problema, pero aún es peor que no nos parezca grave gastar dinero en cosas que realmente no necesitamos.
Las tarjetas de crédito se convierten en este punto en un arma de doble filo para los compradores compulsivos que todos llevamos dentro.
Si este es tu caso tienes un problema. Aunque no parezca algo grave, gastar dinero en cosas que realmente no necesitas es una fuga en tus finanzas que bien podría ser destinada al ahorro.
Los expertos señalan que las compras impulsivas se basan en estímulos, experiencias, recuerdos y evocaciones, más que en una decisión racional.
Ten claro lo que destinas en gasto de vivienda
Ya sea para pagar una renta o una hipoteca, lo ideal es destinar a ese pago mensual menos del 30 por ciento de tus ingresos.
Si estás pagando mucho más, tienes un problema. Cuando elegimos un hogar, debemos pensar no sólo en lo que podemos pagar ahora, sino en cuánto podremos pagar en un futuro, especialmente si nuestra situación empeora.
Si todavía no has comprado tu casa, pero eventualmente es uno de tus sueños, es importante contar con el enganche ya que eso te permitirá amortiguar el monto total del crédito.
A mayor enganche menor dinero en préstamo y por consiguiente menores intereses.
Las tarjetas de crédito (TDC)
Éstas juegan un papel muy importante y llegan a ser incluso un arma de doble filo, sobre todo si eres un comprador compulsivo.
¿Has analizado las compras que realizas con tu TDC?, el error más frecuente es utilizarla como si fuera dinero propio.
Recuerda que gastar a diestra y siniestra puede llegar a resultar muy problemático.
Toma en cuenta que las tasas de interés de las TDC suelen ser de las más caras en comparación con otros tipos de créditos (personales, automotrices, hipotecarios, etc.).
El atraso en algún pago puede llevarte a una deuda interminable.
Realizar compras como la despensa, salidas a comer, gastos de diversión, entre otras, suele no ser muy recomendable pagarlas con tu tarjeta de crédito, ya que tardarás más tiempo en pagarlas que lo que hayas disfrutado de las mismas.
Fuente: ENIF y Condusef