Es muy difícil cuidar tus finanzas y las de tu negocio si no te planificas. Pero no te preocupes: siempre es momento para comenzar a delinear un plan que te permita ahorrar lo necesario en los próximos meses y gastar con prudencia .
MÉXICO.- 1. Establece metas específicas. Ahorrar es más fácil cuando se tienen metas claras.
- Comprar una casa
- Jubilarse
- Mandar a tus hijos a la universidad
- Viajar alrededor del mundo
Para que tu plan sea sólido, es fundamental que las metas tengan un tiempo y costo establecido. Una vez que las tengas claras, necesitas ordenarlas por prioridad.
Cualquiera que sea tu objetivo, sé específico. Calcula cuántas semanas o meses hay entre el presente y la fecha en que deseas alcanzar tu objetivo. Divide el costo estimado por el número de semanas o meses. Esa es la cantidad que necesitas ahorrar cada semana o cada mes para tener suficiente dinero guardado.
2. Si no lo ves, no lo extrañarás. Ahorra e invierte un porcentaje (del 5% al 10%) de tus ingresos brutos anuales. Esto puede ser más difícil de lo que parece. Diseña un presupuesto sólido que te permita monitorear sus gastos y poder planear cómo vas a empezar a ahorrar.
De esta forma, una vez controlados tus gastos, puedes destinar un monto mensual a tu cuenta de ahorros. En algunos casos, comenzar a ahorrar regularmente pasa por transferir automáticamente una parte de tu sueldo a una cuenta de ahorros o fondo mutuo.
3. Mantén un fondo de emergencia. Antes de comprometer tu recién establecido ahorro a inversiones volátiles y difíciles de alcanzar, asegúrate de que cuentas al menos con la cantidad equivalente a un período de tres a seis meses de gastos ahorrados en un fondo de emergencia para resistir en tiempos difíciles. Mantener el dinero líquido te garantizará que no tendrás que vender inversiones cuando su precio esté bajo, y te garantizará también que siempre podrás disponer rápidamente de él.
4. Paga tu tarjeta de crédito. Si estás tratando de ahorrar mientras tienes al mismo tiempo un saldo grande en tu tarjeta de crédito, a un interés de, por ejemplo, el 19.8%, piensa que liquidar la deuda representa un retorno garantizado de casi el 20%. Una vez que hayas pagado tus tarjetas de crédito, úsalas solamente para tu comodidad, y paga el saldo por completo todos los meses.
5. Asegura a tu familia. Situaciones de crisis como la pérdida de empleo, una demanda, enfermedad o accidente pueden ser devastadores desde el punto de vista financiero si no cuentas con un seguro apropiado.
La clave del seguro es cubrir solamente aquellas pérdidas financieras que sean tan grandes que no puedas enfrentarlas. Si alguien depende de sus ingresos, necesita un seguro de vida adecuado. La cobertura de incapacidad a largo plazo también será importante mientras necesites los ingresos de un empleo. Asegúrate de contar con la cobertura de responsabilidad adecuada en las pólizas de hogar y auto.
Para ahorrar en primas anuales, posiblemente podrías aumentar tu deducible de seguro o eliminar las coberturas dobles. Y cuando compres seguro (de vida, de la casa, incapacidad o auto), asegúrate de buscar diferentes opciones, y adquirirlos solamente de una firma de buena reputación.
6. Aprovecha los beneficios del fondo de ahorro y del fondo de retiro (AFORE). Si tu empleador te ofrece un fondo de ahorro que implique aportar una cantidad mensual determinada de tu sueldo, aprovéchalo, pues frecuentemente la empresa le otorga una cantidad igual a la que tú entregas. Las aportaciones al fondo de ahorro significan que tus inversiones pueden aumentar a un ritmo mucho más rápido que de cualquier otra forma.
Asimismo, si deseas obtener un beneficio fiscal mediante el ahorro, las aportaciones adicionales a tu AFORE te otorgan la posibilidad de deducir las sumas del impuesto sobre la renta.
7. Diversifica tus inversiones para controlar tu dinero. Cuando se trata de manejar tus riesgos para incrementar al máximo tu rendimiento, vale la pena diversificar.
Es importante que diversifiques entre tres tipos de activos: efectivo, acciones y bonos. Una vez que has decidido una estrategia de asignación entre estas tres clases de inversiones, es importante diversificar dentro de cada activo. Esto significa comprar múltiples acciones dentro de una variedad de industrias y adquirir bonos con distintas fechas de vencimiento.
Dicho de forma sencilla, no pongas todos los huevos en la misma canasta. Además, no cometas el error de poner la mayor parte de tu dinero en inversiones “seguras” como las cuentas de ahorros y fondos de mercado monetario. A largo plazo, la inflación y los impuestos devorarían el poder adquisitivo de tu dinero en estos “refugios seguros”.
Todas las inversiones conllevan alguna compensación entre riesgo y rendimiento. La diversificación reduce el riesgo innecesario al repartir tu dinero entre una variedad de inversiones. Además de la diversificación, la única estrategia más efectiva es la de invertir continuamente a través del tiempo, con una perspectiva a largo plazo.
Fuente: Altonivel