Un contrato de arrendamiento con opción de compra es un acuerdo entre el dueño de una propiedad y quien desea rentarla. Su principal diferencia con los demás contratos inmobiliarios radica en que éste le da al arrendatario la opción y el derecho de comprar la propiedad al final de un cierto tiempo de uso.
Si ya está cansado de pagar una renta mensual, pero la idea de adquirir un crédito hipotecario no está a su alcance o no le resulta atractiva, la renta con opción de compra puede ser una alternativa para hacerse de su patrimonio.
Aunque este tipo de arrendamiento está más relacionado con la adquisición de vehículos, también se aplica para cuestiones inmobiliarias.
Uno de los sueños más grandes para muchos es la compra de una vivienda y para conseguirlo, la opción es recurrir a un crédito hipotecario; sin embargo no todos son candidatos para obtener un financiamiento de este tipo para adquirir un inmueble.
Aunque solicitar una hipoteca es la manera tradicional para comprar una propiedad, no es la única forma para lograr este objetivo. Una alternativa que está empezando a ganar terreno es la renta con opción a compra, modalidad de alquiler que es popular en Estados Unidos y Europa, y que apenas comienza a tener presencia en nuestro país.
Esta tendencia, mejor conocida como leasing inmobiliario, es un tipo de financiamiento que permite rentar un bien, en este caso un inmueble, por un plazo determinado con la posibilidad de adquirirlo.
Aunque este tipo de arrendamiento está más relacionado con la adquisición de vehículos, ahora también se aplica para cuestiones inmobiliarias.
De acuerdo con el portal inmobiliario Vivanuncios, el leasing inmobiliario permite que a través del alquiler de una propiedad el inquilino tenga la oportunidad de comprarla después de un plazo determinado de haberla habitado y pagarla por medio de mensualidades, al igual que una renta.
Para esto, será necesario que tanto el dueño como el inquilino plasmen en un contrato de arrendamiento y de compraventa las intenciones de la adquisición de la propiedad. En este mismo documento deberán fijar el precio de venta del inmueble, así como estipular el plazo en que se ejecutará esta acción.
Respecto al precio de venta de la vivienda, éste deberá estipularse desde el inicio del contrato, no podrá modificarse y cabe resaltar que el precio puede ser inferior a su valor de adquisición en el mercado, ya que la transacción como tal no se trata del pago de una hipoteca.
En relación al modo de pago, la renta que el inquilino pague al propietario se irá descontando del precio final de venta hasta liquidar la deuda, este pago puede descontarse de la totalidad de la deuda o un mínimo de 30% del alquiler, de esta forma el dinero invertido sería el equivalente al monto del enganche que se paga normalmente en una hipoteca.
En este punto, se debe considerar que el precio de la renta en este tipo de modalidad de financiamiento puede ser más elevado que una renta normal, debido a las implicaciones que esta operación representa.
Alternativa para su bolsillo
Esta modalidad es una opción atractiva para aquellas personas que no podrían adquirir un inmueble al no tener manera de comprobar sus ingresos o no contar con los fondos para pagar el enganche.
Héctor Klerian, director General Adjunto de JLL, señaló que este modelo de compra está enfocado en aquellas personas que no pueden acceder a un crédito bancario.
A decir del experto, esta tendencia inmobiliaria está enfocada en millennials jóvenes que están interesados en la compra de una vivienda pero que no cuentan con historial crediticio o con un enganche para hacerse de una propiedad; así como trabajadores freelance, a quienes las instituciones financieras les piden más requisitos para otorgarles un préstamo hipotecario.
Este esquema facilita que personas que no tienen un aval o no cuentan con historial crediticio, tengan la oportunidad de comprar un inmueble”, precisó.
Con información de El Economista