Ya sea trabajando de manera independiente o dentro de una compañía, estos profesionales ofrecen ayuda en áreas como la selección de inversiones, la planificación de retiro y la planificación de herencia.
MÉXICO.- Los asesores financieros desempeñan un papel fundamental al brindar asistencia en temas relacionados con finanzas y economía personal. Ya sea trabajando de manera independiente o dentro de una compañía, estos profesionales ofrecen ayuda en áreas como la selección de inversiones, la planificación de retiro y la planificación de herencia.
Aunque inicialmente se podría pensar que trabajar con un asesor financiero es una necesidad para aquellos que carecen de conocimientos o tiempo suficiente para manejar estas cuestiones personalmente, la realidad demuestra lo contrario. Incluso reconocidas personalidades del mundo financiero y económico buscan los servicios de estos asesores.
Daniel Kahneman, ganador del Premio Nobel de Economía en 2002, afirmó públicamente: "Me intimida mi asesor financiero, él sabe lo poco que yo sé". Esta declaración muestra que el éxito en la planificación financiera no se limita únicamente al conocimiento técnico y al acceso a información privilegiada.
Mantener una mentalidad objetiva y seguir un proceso disciplinado son factores cruciales. En este sentido, contar con un asesor que vela por los intereses del individuo y ayuda a evitar errores costosos puede ser una ventaja significativa.
Kahneman, cuyo trabajo premiado se basa en demostrar que las decisiones de inversión no se toman desde una perspectiva puramente racional, sino que están influenciadas por problemas como el exceso de confianza y las emociones cambiantes, encuentra comprensible buscar el consejo de un asesor financiero.
Al considerar los servicios de un asesor financiero, es importante tener en cuenta aspectos como su idoneidad y honestidad. Las certificaciones internacionales, como la designación de CFA (Chartered Financial Analyst), pueden ser valiosas en este sentido.
Para obtener esta designación, los asesores financieros deben aprobar tres niveles de exámenes sobre inversiones, economía y ética, entre otros temas. Además, se requiere una experiencia práctica de al menos cuatro años en la industria y el compromiso de cumplir con un código de ética.
Es recomendable comprender claramente el sistema de compensación bajo el cual trabaja un asesor financiero. Algunos cobran honorarios directamente al cliente, mientras que otros reciben un porcentaje de las comisiones generadas por transacciones de compra y venta de diversos instrumentos financieros.
Ninguno de estos sistemas es necesariamente superior al otro, pero cuando se trabajan con comisiones por transacción, es importante estar atento a un posible exceso de actividad motivado por la obtención de mayores ingresos. Esto podría llevar a realizar transacciones innecesarias desde la perspectiva del inversionista.
En cuanto a los sistemas de compensación directa, algunos asesores cobran un porcentaje sobre los activos o los retornos, mientras que otros establecen una tarifa fija mensual o anual que no está relacionada con los resultados de un año específico.
Es crucial seleccionar un sistema de compensación que se ajuste a los objetivos y necesidades de cada cliente.
Una pregunta relevante para hacerle a un asesor financiero es en qué invierte su propio dinero. Aunque el cliente no necesariamente debe replicar la estrategia del asesor, ya que sus objetivos y tolerancia al riesgo pueden diferir, verificar la coherencia entre las opiniones del asesor y su propia asignación de capital puede ser beneficioso.
El soporte tecnológico ha adquirido una importancia creciente en los últimos años. De hecho, los servicios de asesoramiento financiero en línea están obteniendo un éxito notable debido a la comodidad y privacidad que brindan a los clientes.
En resumen, trabajar con un asesor financiero puede tener diversas ventajas más allá del acceso a información y conocimientos sobre inversiones y mercados. La clave radica en analizar cuidadosamente la idoneidad y honestidad del asesor, así como seleccionar un enfoque de trabajo que se adapte a las necesidades específicas de cada inversionista.