El hábito de previsión financiera en México no es algo muy desarrollado y la situación actual lo vino a resaltar. Por ello es muy importante que se esté preparado con un fondo de emergencia.
MÉXICO.- Sin lugar a dudas, la pandemia dejó muchas lecciones y una de las más importantes fue hacer evidente la poca cultura de previsión financiera.
En el mes de abril, el Inegi registró hasta 4.2 millones de personas sin empleo de la Población Económicamente Activa (PEA), lo cual se tradujo en reducción de gastos en algunos hogares del país, en gente con la necesidad de recurrir al uso de líneas de crédito para solventar sus gastos básicos, búsqueda de nuevas fuentes de ingreso, y desalojo de viviendas y negocios por falta de capacidad de pago.
La cultura de previsión financiera en México no es algo muy desarrollado y la situación actual lo vino a resaltar. Por ello es muy importante que se esté preparado con un fondo de emergencia que no se trata sólo de tener el dinero “disponible” para ser usado; sino de buscar que ese ahorro genere un poco más y que con el tiempo el importe disponible sea mayor. Para esto es importante considerar los siguientes puntos:
Revisar y organizar las finanzas: la base de este proceso es conocer los ingresos y gastos, ya sean fijos o variables, una vez identificados se deberá crear una provisión mensual para depositar en el fondo de emergencia hasta alcanzar al menos el importe relativo a sus gastos fijos de seis meses.
Se sugiere destinar un porcentaje de los ingresos hasta cumplir el objetivo de ahorro, sin que afecte o disminuya otros ahorros a largo plazo, como es el ahorro para el retiro.
Guardar el dinero: es importante tener disponibilidad del dinero de forma inmediata en caso de una emergencia. Pero esto no se refiere a dejarlo en una alcancía hasta que se requiera. Es recomendable encontrar una forma de inversión de bajo riesgo y que de forma pasiva genere un rendimiento.
Identificar opciones de inversión: al tratarse de un fondo de emergencia es posible que el fondo necesite ser usado a la brevedad. Debido a lo anterior es recomendable invertir en un instrumento financiero que no tenga plazo forzoso, que sea de bajo riesgo, ni que tenga un plazo de liquidación mayor al mismo día.
En México hay diversas instituciones financieras con una amplia gama de productos y servicios financieros con estas características y en algunas se puede iniciar un ahorro formal desde 50 pesos. Otro punto relevante a analizar en la inversión es que el vehículo que se elija para depositar el dinero no cobre comisiones altas por servicio.
Constancia, la clave de este proceso: una vez iniciado el fondo de emergencia se deberá ser constante y fijarse el objetivo de llegar al ahorro de seis meses, evitando tomar ese dinero hasta que sea sumamente necesario.
Es importante aportar de forma periódica al fondo de emergencia y hacerlo un hábito, incluso, una vez que se haya llegado a la meta de los seis meses, si es posible, se puede continuar aportando hasta que se considere que se podría subsistir con ese dinero un par de meses más.
Fuente: El Economista