La estrategia y la táctica son dos elementos fundamentales para el éxito, tanto en ajedrez, como en los negocios. Sin la estrategia en los negocios estaríamos sólo esperando que el dinero nos caiga en la palma de las manos para sólo recogerlo, y sin táctica, por no podríamos reconocer cuando un buen negocio surja.
Que el ajedrez y las finanzas tienen habilidades comunes, no es difícil de entender: el manejo de la estrategia, la capacidad para tomar decisiones bajo presión, la rapidez, la resolución de problemas y el pensamiento lógico.
Quizá sorprenda más saber que los cazadores de talentos suelen primar a los ajedrecistas a la hora de reclutar profesionales del análisis de mercados. O que grandes empresarios y gurús de las finanzas dominan la técnica y las habilidades del ajedrez y trazan un paralelismo de lo que en su vida ha supuesto la práctica del ajedrez y su estrategia en las finanzas o los negocios.
El actual Campeón del Mundo de Ajedrez, es empresario cuenta con un patrimonio superior a 8 millones de dólares y es dueño o accionario de algunas empresas como Chess24, Play Magnus, Chessable, entre otras.
Alan Trefler, presidente del grupo de ingeniería informática para negocios Pegasystems, que cotiza en el Nasdaq, se confiesa jugador de ajedrez desde los siete años y aún ahora juega alguna partida con maestros de la talla de Kasparov.
Otros grandes jugadores de ajedrez han sido John Harsanyi, premio Nobel de Economía en 1994, Barron Hilton, empresario estadounidense y copresidente de la cadena hotelera Hilton, Kenneth Rogoff, ex economista jefe del Fondo Monetario Internacional; o el estadounidense Ron Henley, consultor de grandes empresas de Wall Street.
Cualquier jugador novato de ajedrez sabe la importancia de cumplir con ciertas premisas básicas del juego: ocupar el centro del tablero con los peones centrales, desarrollar en el menor tiempo posible las piezas, no sacar la Dama prematuramente y enrocar lo más rápido posible para proteger al rey.
Calidad vs Cantidad
En Ajedrez las piezas tienen un valor relativo y es importante diferenciar cuándo la Dama pueda ser superior o inferior a 3 piezas menores (Alfiles ó Caballos) aunque generalmente valgan aproximadamente igual. En los negocios también, tener tres negocios chicos puede ser mejor que uno grande y viceversa.
Seguridad
Los ajedrecistas saben que es importante enrocar rápidamente a pesar de gastar un valioso turno que podrían haber utilizado para atacar, en economía se sabe que debemos tener siempre un fondo o seguro de emergencia para evitar la banca rota antes de seguir invirtiendo dinero de forma demasiado arriesgada.
Toma de decisiones difíciles
Desde otro aspecto, las idas y vueltas en materia de toma de decisiones como fue el caso del re-calculo del aumento de tarifas, el volver atrás con el amague de recortes de subsidios sociales o como se terminó cerrando la paritaria docente en la provincia de Buenos Aires constituyen ejemplos de deficiencias en materia de dimensión temporal: supone mover innecesariamente una pieza del tablero para que esta vuelva a su lugar original. Significó, por lo menos, una pérdida de tiempo en los dos primeros casos, retrotrayendo la medida adoptada y, en el otro, terminar aceptando el planteo docente inicial (el no aceptar sacrificar una pieza en el momento correcto cuando después debe ser sacrificada necesariamente).
Utilizar todo nuestro ejército
Si mi adversario es la inflación y es a la que tengo que vencer y utilizo para ello una sola herramienta, que es la no emisión monetaria y el mantenimiento de altas tasas de interés (la política monetaria), ello equivaldría en términos ajedrecísticos a jugar desde el comienzo de la partida solamente con la dama sin desarrollar las restantes piezas del tablero.
Por más poder que tenga la Dama (la política monetaria) difícilmente podría ella sola contra todo el ejército rival (la inflación), y no es sólo que no pueda, sino que sería bastante grave hacerlo ya que sería hostigada y amenazada por las piezas menores del rival. Lo mismo acontece con la política monetaria: en la medida que es percibida por los agentes económicos como el único instrumento de política económica, esta termina siendo anticipada y jaqueada por los mismos (llámese renovación de Lebac, potenciales corridas cambiarias, etcétera)
La política en materia de déficit fiscal, la política cambiaria, las políticas productivas, antimonopólicas, tarifarias, las que hacen a la distribución del ingreso y la preservación del empleo son los peones, caballos, alfiles y torres que también deben entrar a jugar en el tablero. Es claro que muchas de estas piezas aun no entraron en juego. Y si las piezas no se desarrollan difícilmente podamos crear una combinación de jugadas que es poder lograr, en definitiva, uno de las claves de cualquier política económica que pretenda ser exitosa: la combinación de medidas y acciones con el timing exacto de forma tal que estas logren provocar el resultado esperado por el hacedor de política económica.
El tiempo es un factor
Dado que el ajedrez se juega por tiempo también existe una dimensión cronológica que opera como una restricción. Si en Ajedrez tenemos una torre de ventaja pero sólo 10 segundos en nuestro reloj difícilmente podamos ganar la partida, a menos que seas Andrew Tang o Hikaru Nakamura. En la economía es igual, si no somos rápidos al tomar buenas decisiones y aprovechar las buenas oportunidades a tiempo, estos se nos pueden ir de las manos.
Cómo la vida imita al Ajedrez
Cómo la vida imita al ajedrez (Libro de Garri Kaspárov) El mejor ajedrecista de la historia nos enseña a ver la vida como un juego de estrategia. Garry Kasparov, el gran maestro del tablero, explica cómo las soluciones a los problemas cotidianos requieren de las mismas artes y técnicas que el ajedrez: conocimiento, preparación, estrategia y cálculo de las variantes.
Resumiendo, parecería que, en materia económica, el actual equipo económico se encuentra en desventaja temporal, posicional y cronológica, sin un adecuado desarrollo de todas sus piezas (instrumentos de política), lo que le impide enriquecer sus tácticas y estrategias. A ello se suma el hecho de que, al no existir una sola cabeza económica, dificulta aún más el escenario: es como si un jugador de ajedrez sometiera a una suerte de coloquio de jugadores cada jugada que debe desarrollar.