La crometofobia es el miedo o pánico a gastar dinero. Normalmente, cuando una persona nunca invita, no deja propina o anda midiendo mucho el dinero que gasta, se le tiende a llamar tacaña o agarrado. Sin embargo, los expertos aseguran que llegados al extremo podríamos estar ante crometofobia.
MÉXICO.- Lo cierto, es que no es un desorden metal reconocido médicamente por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE). Pero sí podría entrar en fobias específicas, donde se refiere al “miedo o ansiedad debido a objetos o situaciones específicas y que están fuera de proporción con el peligro real“.
Por lo tanto, aunque podemos referirnos coloquialmente como una enfermedad, estaríamos ante una fobia. También hay que tener en cuenta que hay pocos casos reconocidos y que si aumentan los casos podría tener categoría de enfermedad.
En cualquier caso, es fundamental tratarlo con la importancia que merece, porque puede condicionar mucho la vida de las personas.
Síntomas
Cuando una persona sufre de crometofobia, el hecho de gastar dinero puede provocarle:
- Taquicardias
- Incremento de la presión arterial
- Dificultad para respirar
- Sudoración excesiva
- Náuseas
- Dolor muscular
- Diarrea
Es decir, el hecho de enfrentarse a situaciones normales de gastar dinero, pueden provocarle todos estos síntomas de golpe, haciendo que se sienta verdaderamente mal no solo por dentro, sino también por fuera.
También se pueden sentir ideas irracionales respecto al dinero y sentirse impotente por no poder controlarlos. Por ejemplo, un miedo irracional a llevar dinero encima por si se lo roban, miedo a usar la tarjeta de crédito, etc.
Digamos que, aunque pueden ser considerados casos frecuentes en personas mayores que no están acostumbrados al uso de tarjetas, la persona que sufre de crometofobia lo pasa verdaderamente mal.
En los casos más avanzados, el miedo a gastar dinero puede generar otros poblemas más a largo plazo como:
- Depresión
- Problemas para dormir
- Cambios en el estado del ánimo
- Ansiedad generalizada
Es decir, si no se corrige, ya no hablaríamos de bajones puntuales, sino de un estado grave que podría llevar a quien lo sufre a aislarse, a evitar reuniones sociales, actividades… A dejar atrás todo lo que le hacía gastar dinero.
En cuanto a los casos más graves, ya hablaríamos de una serie de pensamientos negativos que podrían hacer que la persona recaiga en el alcohol, en las drogas o a fantasear con el suicidio.
Los terapeutas especializados en tratar a estos pacientes aseguran que algunas personas padecen este miedo irracional a gastar dinero y que puede afectarles gravemente a todas las esferas de su vida. Ámbito laboral, social, familiar… Por lo que es importante detectarlo a tiempo y tratar de solucionarlo.
Fuente: Organización Mundial de la Salud, Fintonic y CIE