En la primera mitad de octubre, la tasa de inflación en México alcanza su nivel más bajo desde marzo de 2021, acercándose al objetivo del Banco de México, gracias a desaceleraciones en los componentes subyacentes y no subyacentes
MÉXICO.- Durante la primera mitad de octubre, México experimentó un importante descenso en la tasa de inflación interanual, que se situó en un 4.27%, el nivel más bajo para una quincena desde marzo de 2021.
Este patrón de desaceleración refleja una estabilización significativa de los precios a nivel nacional, marcando un contraste con la ola inflacionaria experimentada en 2022. La tendencia actual se alinea más estrechamente con las metas de inflación establecidas por las autoridades financieras, lo que podría ser alentador para la economía mexicana. | pexels
Este resultado marca un avance significativo hacia el objetivo establecido por el Banco de México, que busca una inflación del 3% con un margen de un punto porcentual.
El notable freno en la inflación se atribuye a desaceleraciones tanto en el componente subyacente como en el no subyacente. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, estos componentes registraron tasas de inflación interanual del 5.54% y 0.48%, respectivamente.
En un análisis inmediato, se observó un aumento del 0.24% en el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) en comparación con la quincena anterior, lo que representa uno de los incrementos más bajos para una primera mitad de octubre.
Un aspecto destacado de este período es que, a diferencia de periodos anteriores, la brecha entre la inflación del componente subyacente y el no subyacente fue casi inexistente, ya que ambos registraron aumentos de 0.24% y 0.25%, respectivamente.
El componente no subyacente, que incluye productos agropecuarios y energéticos, suele experimentar fluctuaciones más pronunciadas debido a la volatilidad de los precios de estos productos.
Por otro lado, el componente subyacente abarca alimentos procesados, productos de higiene y cuidado personal, educación, transporte y otros servicios.
Este patrón de desaceleración refleja una estabilización significativa de los precios a nivel nacional, marcando un contraste con la ola inflacionaria experimentada en 2022. La tendencia actual se alinea más estrechamente con las metas de inflación establecidas por las autoridades financieras, lo que podría ser alentador para la economía mexicana.