Las islas de lo que fuera el imperio británico han servido de jurisdicción principal para todo el mundo, desde funcionarios chinos ricos hasta oligarcas rusos, pasando por empresas occidentales y fondos de cobertura que buscan impuestos más bajos, o un secreto absoluto
LONDRES.- La exótica red británica de paraísos fiscales podría enfrentar la mayor amenaza a su existencia en medio siglo, después de que Estados Unidos y sus aliados se comprometieron a exigir más impuestos a las grandes empresas multinacionales.
Las islas de lo que fuera el imperio británico han servido de jurisdicción principal para todo el mundo, desde funcionarios chinos ricos hasta oligarcas rusos, pasando por empresas occidentales y fondos de cobertura que buscan impuestos más bajos, o un secreto absoluto.
Sin embargo, el acuerdo fiscal alcanzado por los ministros de Finanzas del G-7 en una gran mansión del siglo XIX cerca del Palacio de Buckingham probablemente afectará a estas islas tras décadas de intentos de las principales economías por recuperar ingresos.
"Este es un momento decisivo", dijo Alex Cobham, director ejecutivo de Tax Justice Network, un grupo de defensa que hace campaña contra la evasión fiscal. "Miraremos atrás dentro de cinco o 10 años y diremos: 'Sí, fue entonces cuando cambió'".
Las pérdidas por la evasión fiscal
El mundo pierde 427 mil millones de dólares al año debido a la evasión fiscal de empresas y particulares, según estimaciones de la red Tax Justice Network.
Unos 245 mil millones de dólares se pierden por el traslado de las utilidades de las multinacionales a paraísos fiscales, y los otros 182 mil millones por las acciones de los ricos para esconder sus activos.
Si los detalles del compromiso del G7 se convierten en una realidad ejecutable, los flujos mundiales de utilidades ocultas podrían ser redirigidos de una de las maneras más fundamentales desde los días en que el imperio británico se desmoronó en el siglo XX.
A medida que el poder británico se derrumbaba, algunos de sus territorios pasaron a ser autónomos y ya no formaban parte del Reino Unido pero estaban sujetos a los acuerdos de defensa británicos y conservaban fuertes vínculos con Londres.
Algunos de estos 14 territorios británicos de ultramar -entre los que se encuentran las Bermudas, las Islas Vírgenes Británicas, las Islas Caimán, Gibraltar y las Islas Turcas y Caicos- empezaron a vivir de una mezcla de turismo y finanzas.
Los paraísos fiscales británicos son responsables del 29% de los 245 mil millones de dólares en impuestos que el mundo pierde a manos de las empresas, según Tax Justice Network, que sitúa a las Islas Vírgenes Británicas, las Islas Caimán y las Bermudas como los tres principales facilitadores del abuso fiscal de las empresas en el planeta.