La tecnología ha funcionado como una pieza clave con respecto a la inclusión financiera, pues con la llegada de la telefonía móvil, que llegó a cambiar la manera en la que interactúa el mundo, otro tipo de modalidad se abre ante nuestros ojos.
MÉXICO.- La tecnología ha funcionado como un catalizador y una pieza clave con respecto a la inclusión financiera y, en cuanto al a telefonía móvil, que llegó a cambiar la manera en la que se interactúa el mundo, otro tipo modalidad se abre ante nuestros ojos.
Persona sosteniendo un teléfono blanco | Fotografía de NordWood Themes disponible en Unsplash
La telefonía móvil, para bien o para mal, se ha convertido en una especie de control que funciona para administrar diversas actividades de la vida diaria.
De acuerdo con la ENDUTIH, en 2019, se estima que México cuenta con más de 86,5 millones de usuarios que disponen de teléfonos celulares, que representa el 75.1% de la población de seis año o más; además de un incremento de 3.6 puntos porcentuales respecto del 2015.
Con esto en mente, podemos concluir que nueve de cada 10 usuarios tienen un teléfono celular inteligente, también conocido como Smartphone.
En Milo se observa que existen distintas virtudes tecnológicas que presupone el uso de estos aparatos, y ha visto envuelto en un medio para hacer llegar diversas soluciones directamente a la mano de los usuarios: así le permite tener una vida más sencilla en su día.
En este mismo sentido, una industria que ha tomado ventaja de ello es la financiera, pues la telefonía celular junto con el uso de datos móviles ha permitido reemplazar las transacciones en dinero físico (por tarjetas por distintas medidas: billeteras electrónicos, código QR, pagos, transferencias, etc.).
El mecanismo para la inclusión financiera tiene que ver con la capacidad de que puedas enviar y recibir, verificar transferencias o hacer pagos, como si lo hicieras con tu cartera pero con tu teléfono. La vida de la inclusión financiera depende de un teléfono inteligente”, opinó Modesto Gutiérrez, fundador y presidente de Milo, el primer telcobank en México.
Conforme avanza el uso de los teléfonos inteligentes, y puedan conectarse también a la institución financiera, las personas pueden dar de alta una cuenta de débito, tener acceso a una banca móvil o resolver problemas de seguridad.
En la india la inclusión de la tecnología es una historia de éxito, pues su economía se basa en que el efectivo se digitalizó de forma totalmente rápida en los últimos años. Con esto, la tasa de apertura de cuentas bancarias ha ido en aumento.
El numero de indios con cuentas bancarias aumentó en los últimos tiempos y se estima que casi el 80% ya tiene una cuenta bancaria, de acuerdo con el estudio de PWC The FinTech Route to Greater Financial inclusión in india.
La inclusión financiera ha venido de la mano con la tecnología financiera, donde la principal herramienta para ello ha sido la telefonía celular.
Statista predice que para el 2022 el 36% de la población de la India contará con un teléfono inteligente, en comparación con el 26% del 2018; y, según los datos de
Businesss Insider, en la India se “prevé que el uso de Internet, y de dispositivos móviles de la India supere la marca de los 900 millones en 2023, y se estima que casi dos tercios de la población tendrá acceso a internet y a un dispositivo móvil”.
En la banca tradicional, los principales productos financieros se siguen otorgando a un segmento pequeño de la población: de las personas que poseen una cuenta bancaria, “el 56% corresponde a individuos con ingresos fijos; el 63% a los que cuentan con un trabajo formal, el 71% a los que habitan en localidades urbanas, el 77% cuentan con más de un producto financiero y el 55% a los que tienen educación media superior”, según los datos proporcionados por la ENIF en 2018.
Sin mencionar que uno de los principales problemas en esta estadística es que las personas no cuentan con datos móviles durante las 24 horas del día, que les permitirían realizar sus actividades y depender únicamente del WIFI.
México es el tercer país en América Latina (después de Cuba y Bolivia) con la telefonía más cara, limitando aún más la inclusión financiera.
[…] además de contar con un teléfono inteligente, es que la persona tenga capacidad de poder tener acceso a datos, cada vez que lo necesite ya sea dentro o fuera de su casa”, declaró Modesto en Milo.