El Inegi revela que el valor de las labores domésticas y de cuidados equivale al 24.3 % del PIB, con una contribución desigual entre géneros y marcada disparidad regional
MÉXICO.- En el año 2022, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) arrojó luz sobre un aspecto crucial pero a menudo invisible de la economía mexicana: el trabajo no remunerado.
Estas cifras despiertan la reflexión sobre la importancia económica del trabajo no remunerado, destacando la necesidad de reconocer y valorar adecuadamente las contribuciones de aquellos cuyos esfuerzos a menudo pasan desapercibidos en el ámbito financiero y económico. |
Según las cifras presentadas, el valor económico de las labores domésticas y de cuidados realizadas por la población de 12 años y más alcanzó la sorprendente cifra de 7.2 billones de pesos, equivalente al 24.3 % del Producto Interno Bruto (PIB) nacional.
Un dato revelador es la disparidad de género en este trabajo no remunerado, donde las mujeres contribuyeron con un 72% frente al 28% de los hombres. Más aún, las mujeres aportaron 2.6 veces más valor económico a sus hogares a través de estas labores, subrayando la relevancia económica de su trabajo no remunerado.
La magnitud de este trabajo no remunerado superó a sectores económicos clave. En comparación con la industria manufacturera (21.5%), el comercio (19.6%), y los servicios educativos (3.4%), el trabajo doméstico y de cuidados se erige como un pilar económico sustancial, desafiando la percepción tradicional de las actividades económicas.
Al desglosar el trabajo no remunerado por tipo de actividad, los cuidados y apoyo constituyeron el 24.9% del valor económico total, seguido por las actividades de limpieza y mantenimiento de la vivienda (23.7%) y las de alimentación (22.6%).
Las mujeres lideraron en actividades como alimentación (81.1%) y limpieza y cuidado de la ropa y calzado (78.1%), mientras que los hombres se destacaron en compras y administración del hogar (42.2%) y en la ayuda a otros hogares y trabajo voluntario (34.8%).
En cuanto a la distribución regional, el estudio revela que el Estado de México encabezó la lista con un 12.3%, seguido por la Ciudad de México (6.8%), Jalisco (6.7%), Veracruz (6.2%), y Nuevo León (4.9%) en los niveles más altos de trabajo no remunerado.
Sin embargo, al relacionar el valor del trabajo no remunerado con el PIB generado por cada entidad federativa, Chiapas (62.1%), Guerrero (49.8%), Oaxaca (48.2%), Tlaxcala (41.9%), y Zacatecas (39.9%) emergen como las regiones donde este tipo de trabajo tiene un impacto proporcionalmente mayor en la economía estatal.
Estas cifras despiertan la reflexión sobre la importancia económica del trabajo no remunerado, destacando la necesidad de reconocer y valorar adecuadamente las contribuciones de aquellos cuyos esfuerzos a menudo pasan desapercibidos en el ámbito financiero y económico.