Este cambio de rumbo se ha traducido en una serie de convenios destinados a ampliar la infraestructura para la importación de gas desde Estados Unidos, con un enfoque particular en el sur de México.
MÉXICO.-En un giro sorprendente en su política, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) ha pasado de rechazar la inversión privada y cuestionar contratos de gasoductos previamente licitados a entablar acuerdos estratégicos con empresas privadas. Este cambio de rumbo se ha traducido en una serie de convenios destinados a ampliar la infraestructura para la importación de gas desde Estados Unidos, con un enfoque particular en el sur de México.
Este cambio de rumbo se ha traducido en una serie de convenios destinados a ampliar la infraestructura para la importación de gas desde Estados Unidos, con un enfoque particular en el sur de México. | PixaBay/Twitter.-@CFEmx
Contrario a la meta de autosuficiencia energética promovida desde la presidencia, que ha buscado reducir la importación de combustibles, el gas ha emergido como una excepción, con la expansión continua de la infraestructura necesaria para su importación.
Socios claves de CFE
Empresas como Grupo Carso, dirigido por el magnate Carlos Slim, y TC Energía, anteriormente conocida como TransCanada, han pasado de ser actores en la renegociación de contratos en el inicio del actual sexenio a convertirse en socios clave de la CFE. Destaca el acuerdo con TC Energía para la continuación del gasoducto marino Texas-Tuxpan, rebautizado como "Puerta al Sureste", que transportará gas desde Brownsville, Texas, hasta Coatzacoalcos, Veracruz, y Paraíso, Tabasco.
A pesar de las críticas ambientales, este proyecto, planeado para iniciar operaciones el próximo año, ha sido respaldado por su ubicación estratégica en el sur del país, una región prioritaria para el gobierno actual.
Colaboraciones con empresas privadas
La colaboración entre la CFE y empresas privadas también se evidencia en el acuerdo con Gasoducto Centauro del Norte, subsidiaria de Grupo Carso, para desarrollar un gasoducto en el norte del país. Este proyecto, con una extensión de aproximadamente 416 kilómetros, abastecerá de gas a Baja California y Sonora, incluyendo centrales en construcción. La participación accionaria de la CFE en este proyecto refleja una tendencia recurrente en los acuerdos recientes.
Asimismo, la multinacional Sempra se ha sumado al grupo de empresas que han restablecido relaciones con la CFE, firmando acuerdos que incluyen la expansión del gasoducto Guaymas el Oro, un proyecto de licuefacción en Topolobampo, Sinaloa, y el desarrollo de una terminal de gas natural licuado en Salina Cruz, Oaxaca.
Último acuerdo
El último acuerdo, firmado en marzo, involucra a la multinacional Engie en la ampliación del gasoducto Mayakan, dirigido a abastecer gas a la Península de Yucatán, una región históricamente afectada por problemas de suministro eléctrico.
Todos estos proyectos, enfocados en el sur del país, destacan por la participación accionaria de la CFE, marcando un cambio significativo en su modelo de negocio, que anteriormente se basaba principalmente en la concesión de infraestructura a empresas privadas. Sin embargo, ninguno de estos proyectos estará concluido antes de que finalice el actual sexenio.