El gobierno retira estímulos fiscales y los consumidores asumen la carga total del impuesto sobre gasolina y diésel
MÉXICO.- A partir del 1 de enero de 2024, los consumidores de combustibles en México enfrentan un escenario financiero desafiante, ya que el gobierno federal ha eliminado el estímulo fiscal que históricamente evitaba el temido 'gasolinazo'.
Con el retiro del estímulo fiscal y el aumento en los precios de los combustibles, los mexicanos encaran un comienzo de año desafiante, con la necesidad de ajustarse a una nueva realidad en los surtidores de gasolina y diésel. | pexels
Esta decisión se atribuye a la escalada de los precios del petróleo en los mercados internacionales, resultado de las tensiones geopolíticas relacionadas con la guerra en Ucrania y las repercusiones continuas de la pandemia.
La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) confirmó que, desde el 1 de enero hasta el 5 de enero, el estímulo fiscal para gasolinas y diésel es del 0%, lo que significa que los consumidores asumen la totalidad del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) al cargar gasolina regular, Magna o Premium.
Los automovilistas y motociclistas que optan por la gasolina regular o Magna ahora pagan una cuota de IEPS de 6.16 pesos por litro, teniendo en cuenta que este impuesto es solo uno de los diversos componentes que contribuyen al precio final del combustible.
Factores como transporte, almacenamiento, comercialización, ganancia en estaciones de servicio, el precio internacional de referencia y el ajuste por calidad también se suman al costo total, que promedia los 22.14 pesos por litro, aunque varía en algunas regiones.
En el caso de los consumidores de gasolina Premium, la cuota completa del IEPS, sin subsidio, asciende a 5.21 pesos por litro, llevando el precio promedio a alrededor de 24.17 pesos, con algunos lugares alcanzando casi 26 pesos.
Mientras tanto, los autotransportistas enfrentan una cuota de IEPS sin subsidio de 6.78 pesos por litro, aumentando la presión económica en el sector.
Con el retiro del estímulo fiscal y el aumento en los precios de los combustibles, los mexicanos encaran un comienzo de año desafiante, con la necesidad de ajustarse a una nueva realidad en los surtidores de gasolina y diésel.