La reciente decisión de Amazon de suspender los pagos a desarrolladores para la creación de aplicaciones destinadas a su asistente digital Alexa marca un punto de inflexión significativo en la estrategia de la compañía en el ámbito de las aplicaciones de voz.
Según el reporte dado por Bloomberg publicado este miércoles, Amazon ha tomado la decisión de suspender los pagos a desarrolladores para la creación de aplicaciones destinadas a su plataforma de asistente digital Alexa. Esta medida marca un cambio significativo en la estrategia de la compañía, que hasta ahora había utilizado incentivos económicos para fomentar el desarrollo de una robusta tienda de aplicaciones en torno a su producto de voz.
El Programa de Recompensas para Desarrolladores de Alexa, que otorgaba pagos mensuales a aquellos desarrolladores cuyas aplicaciones para Alexa ganaban popularidad, será concluido hacia fines de junio, esto según fuentes cercanas a Amazon citadas por Bloomberg. Además, la empresa habría comunicado a través de un aviso en su sitio web la finalización del programa de créditos gratuitos para el uso de Amazon Web Services por parte de los desarrolladores de Alexa.
Todavía tienen oportunidades
Es importante destacar que, a pesar de la eliminación de estos pagos directos, los desarrolladores aún tendrán la oportunidad de monetizar sus aplicaciones mediante compras dentro de la aplicación. Este enfoque sugiere una transición hacia un modelo de negocio que depende más de las transacciones realizadas dentro del ecosistema de las aplicaciones de Alexa, en lugar de pagos directos por parte de Amazon.
Esta medida puede interpretarse como un intento de Amazon por optimizar sus costos y alinear su modelo de negocio con las tendencias actuales del mercado de aplicaciones. La compañía parece estar apostando a que la monetización a través de compras dentro de la aplicación será suficiente para mantener el interés y la actividad de los desarrolladores en su plataforma, sin necesidad de ofrecer incentivos financieros directos.
En resumen, la decisión de Amazon de dejar de pagar a los desarrolladores por la creación de aplicaciones para Alexa representa un cambio estratégico en su enfoque hacia el desarrollo de su ecosistema de aplicaciones de voz, priorizando la monetización a través de compras dentro de la aplicación sobre los pagos directos a los desarrolladores.