Disminuir tus gastos y aumentar tus ahorros son dos de las claves centrales para alcanzar la libertad financiera.
MÉXICO.- Disminuir tus gastos y aumentar tus ahorros son dos de las claves centrales para alcanzar la libertad financiera. Si cumples el primero, estás más predispuesto a completar el segundo y, por tanto, aprender a priorizar nuestros gastos y asignarles un presupuesto representa, para nuestro bolsillo, algo fundamental.
De acuerdo con Rocket, la cuarentena no sólo trajo consigo cambios en nuestra rutina diaria, desde las salidas con nuestros amigos, hasta los planes de fin de semana u otras actividades que desempeñábamos de forma cotidiana. Por esta razón, los hábitos actuales ahora son diferentes.
Si bien es cierto que ahora las actividades se van retomando poco a poco, es menester no bajar la guardia y hacer gastos innecesarios. Ya que, ahora, es cuando debemos cuidar más de nuestro dinero y no caer en las tentaciones, sobre todo, si los ingresos se han visto afectados por la pandemia.
Para comenzar, es necesario que tengas en consideración que no todos tus gastos son iguales, ya que existen diferentes tipos, según su importancia, y entender cada uno de ellos resulta ser clave para aprender a priorizar en cuáles puedes ahorrar.
La regla general.
En finanzas personales, la regla general es que tus gastos no superen el 90% de tus ingresos para que así puedas ahorrar, como mínimo, el 10% restante al mes; este ahorro lo puedes destinar al pago de tus deudas o a construir un fondo para emergencias.
Tipos de gastos.
- Gastos fijos:
Corresponde a los gastos de carácter obligatorio, como la renta o la hipoteca, la colegiatura, etc. Es decir: son gastos garantizados a que sucedan y que debes atender antes que cualquier otro. Estos no varían mucho de mes a mes y tienes que asegurarte de siempre tener un presupuesto destinado para cubrirlos.
- Gastos necesarios:
Son necesarios para vivir y varían mucho. Por ejemplo: comida, electricidad, ropa, etc. Por estos gastos siempre se deben hacer, es posible ahorrar haciendo recortes pequeños como elegir marcas más económicas, comprar durante las rebajas, caminar o usar un medio de transporte para trasladarse.
- Gastos discrecionales:
Esto incluye el dinero que destinamos a nuestros gustos. Normalmente son gastos superfluos y no necesarios que evitan que utilicemos este dinero para fines productivos. Aquí es donde más puedes recortar tus ingresos y puedes aumentar tus ahorros.
Una vez conoces dicha clasificación, lo siguiente es hacer una lista de todos tus gastos, acomodarlos en estas categorías y asignarles un presupuesto. Lo mejor es ser lo más objetivo posible y diferenciar entre un gusto y una necesidad.
Sin importar tu objetivo de ahorro, la clave está en evitar sobrepasar el presupuesto que asignaste a cada uno de los gastos y tener siempre en mente tus límites.