Rubén, un trabajador con un crédito Infonavit, enfrenta la amarga realidad de una deuda que no disminuye y problemas estructurales en el sistema de crédito hipotecario en México
MÉXICO.- La ilusión de adquirir una vivienda a través del Instituto del Fondo Nacional para la Vivienda de los Trabajadores (Infonavit) ha pasado de ser un sueño a convertirse en una pesadilla para miles de mexicanos, y el caso de Rubén es solo uno de los ejemplos más desalentadores.
A pesar de cotizar durante 20 años como trabajador formal y tener una casa propia, la oferta tentadora de un promotor de viviendas lo llevó a aceptar un crédito Infonavit para adquirir otra propiedad en un fraccionamiento privado de nueva construcción.
Sin embargo, la promesa de una inversión futura se ha desmoronado para Rubén. A pesar de desembolsar más de 3,500 pesos al mes, su deuda no ha disminuido, sino que ha aumentado en los últimos años. Este fenómeno se debe a que su préstamo se otorgó en "veces salario mínimo", lo que significa que con cada aumento salarial, su deuda crece.
En 2022, el Infonavit otorgó más de 12,000 créditos en Guanajuato, la mayoría de ellos en pesos. Sin embargo, Rubén y miles de otros deudores que obtuvieron créditos a través del cofinanciamiento con un banco están atrapados en una situación insostenible.
El aumento anual del salario mínimo infla sus deudas, y los intentos de cambiar su situación son infructuosos, ya que el Infonavit no ofrece soluciones para este grupo de deudores.
La reciente iniciativa "Responsabilidad compartida" del Infonavit permitió a algunos deudores cambiar el modo de su deuda de salarios mínimos a pesos, pero Rubén y otros en su situación no son elegibles.
Gustavo Enrique Pintos, delegado del Infonavit en Guanajuato, confirmó que quienes obtuvieron créditos con apoyo bancario no pueden acogerse a este nuevo programa.
La realidad ha llevado a Rubén a la conclusión de que comprar una casa no fue una buena inversión. A pesar de sus esfuerzos y pagos constantes, no ve el final de su deuda.
A pesar de las ofertas de venta, el valor de su propiedad no cubre ni lo que ha pagado en todos estos años. Esta experiencia se suma a su historia previa con un crédito hipotecario en un banco, que también resultó en una deuda creciente.
El entorno inflacionario del mercado inmobiliario, junto con los costos crecientes de la construcción y las tasas de financiamiento para las empresas, ha creado un panorama complicado para quienes buscan adquirir viviendas de menos de un millón de pesos.
Según el Infonavit, las personas que destinan el 30% de sus ingresos para pagar una vivienda de precio mediano tardarán más tiempo en saldar su deuda en comparación con quienes adquirieron propiedades en 2019.
La construcción de viviendas sociales también ha disminuido, afectando a aquellos con menores ingresos. Los costos de insumos y tasas de financiamiento más altas han llevado a un decrecimiento del 9% en la construcción de viviendas sociales en comparación con 2022.
A pesar de un aumento en los ingresos laborales, los precios de la vivienda han seguido aumentando, lo que ha complicado la obtención de créditos hipotecarios.
Para abordar esta problemática, se han implementado programas que amplían la edad máxima para solicitar créditos hipotecarios y aumentan los montos máximos de crédito, buscando proporcionar financiamiento más accesible y plazos flexibles.
La pesadilla de Rubén y otros deudores del Infonavit pone de manifiesto la necesidad de abordar los problemas sistémicos en el sistema de crédito hipotecario en México y encontrar soluciones para aquellos atrapados en deudas que parecen imposibles de pagar.